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miércoles, 19 de junio de 2019

Comer en Casa Carmelo. Playa de Las Canteras. Las Palmas

No hacia precísamente buen tiempo en el día del que nos ocupamos en este post, por lo que decidimos desplazarnos a Las Palmas desde el Sur de la isla donde se encuentra nuestro Hotel para darle una vuelta a la Ciudad. Y en ello andamos, cuando llegada la hora de comer y ya que nos encontramos paseando por la Playa de las Canteras, decidimos buscar un Restaurante  en la zona. Hay cantidad de locales, la mayoría anunciando a los turistas el menú en múltiples lenguas, pero nos llama la atención dos lugares, uno al final del paseo, La Marinera, que parece especializado en productos del mar, y cerca de este, en una primera planta vemos un grill que está repleto de gente que parece ser de la ciudad, sin turistas aparentemente, y decidimos entrar en el.


Nos acomodan en una mesa al fondo del local, pero alejada del bullicio de los clientes que abarrotan la sala. Al entrar pasamos por delante de las parrillas de camino a la mesa y ya nos percatamos de que acertamos de pleno en la elección.

Puntillas de Calamar
Rápidamente nos atienden (después haré un comentario del servicio) para recoger la minuta, y a los cinco minutos mas o menos ya aparecen los primeros, una abundante ensalada de lechuga, tomate, canónigos, huevo, aguacate, cebolla roja, espárragos y surimi, fresca, correctamente aliñada y muy sabrosa. Al tiempo llega la ración de puntillas de calamar, excelentemente fritas.

Punta de solomillo de vaca
Detalle del corte de la pieza
No ha transcurrido mucho tiempo desde que retiraron la loza de los primeros, cuando nos traen el plato de carne, que es una punta de solomillo de una res que procede del Uruguay.   La carne es muy roja, de hebra gruesa, como se corresponde cuando se trata de una pieza adulta, pero muy tierna por el tratamiento dado manteniendo la carne congelada el tiempo necesario para romperle la fibra. La papa arrugá, el pimiento asado, la sal maldón y los mojos rojo y verde acompañan al sabroso manjar.

Ensalada de Frutos Tropicales
Para dejar un sabor dulce en la boca, rematamos la pitanza con una ensalada de frutos tropicales muy fresca, que quizás pudiera mejorar con una mayor variedad de frutas en la misma.

El agua mineral y un Matarromera de 2008 nos ayudaron a bajar la comida como Dios manda.

Anuncié que iba a hacer un comentario sobre el servicio de camareros de esta casa. Si lo tuviera que definir con una única palabra, esta sería profesional, pero altamente profesional. El número de camareros era suficiente para este local muy concurrido, pero es que funcionan como los músicos de una orquesta. Según están atendiendo, están al loro de que alguien esté requiriendo su atención, acudiendo de inmediato. Atienden a una mesa pero mirando a su alrededor. Las menús se desenvuelven con rapidez, y la rotación de comensales por mesa es alta, pues siempre tienen en la barra gente esperando, y todo con una sonrisa en la boca. Hay camareros que se les nota que llevan muchos años en la casa, lo que es bueno. Pocas veces tiene uno la oportunidad de contemplar tanta eficiencia. Felicito al gerente por ello.
En cuanto al local, decir que las mesas están muy juntas, y el ruido de voces es alto, pero a pesar de ello, merece la pena.
La carta de vinos es amplia con predominio de los caldos de la Rioja y la Ribera del Duero, y los precios están contenidos. La relación calidad/precio es buena.

Casa Carmelo está en el Paseo de Las Canteras 2.
Las Palmas de Gran Canaria.

Teléfono: 928  46 89 27      y    928  46 90 56

Web:www.lamarineraycasacarmelo.com

E- Mail:jonicamar@terra.es

Restaurante El Marinero. Arrieta (Lanzarote)

Entrada del Restaurante
Llegamos a esta casa por un anuncio sobre las Jornadas de la Enogastronomía del cerdo canario en las que participaban, y tras la visita al Museo del Cactus, Los Jameos, etc.

Vista del comedor desde la barra
    Se trata de un pequeño y agradable restaurante asentado encima mismo del oceano. Nos pusieron en una mesa al lado del ventanal, y mientras tomamos una cervecita fresca, nos toman nota de lo que íbamos a comer. Pedimos unos entrantes que estaban exquisitos y muy bien presentados, un pescado y una ración de cerdo negro asado que compartimos. Raciones mas que suficientes y muy bien presentadas.

Pulpo con Papas arrugás...
El entrante consistió en "Pulpo con papas arrugás, crujiente de batata frita, embarrados con mojos rojo y verde".  Pulpo en su punto de cocción como si lo hubiera hecho una pulpeira de O Carballiño. Los mojos que lo acompañan le dan al resto de ingredientes el punto que en Galicia se le daría con el aceite y el pimentón. Estamos ante la variante Canaria del pulpo con cachelos gallego. Un notable alto.
Cherne con verduras en tempura y papas
El cherne como pescado autóctono que es, pero de roca es un pescado exquisito que venía limpio de toda espina, en su punto de plancha y muy bien presentado y preparado. Las verduras con la tempura bien resuelta. Un notable para el plato.

El asado de cochino negro Canario
"El cochino negro Canario asado con salsa de miel de Palma y gratinado de papas", que nunca antes habíamos probado, estaba realmente exquisito. No es como el como el cochinillo Segoviano, pues la pieza procedía de un bicho de 20 kilos de peso. La preparacion, el adobo y el asado son distintos, y el resultado es muy diferente, pero muy bueno encontrando la carne muy tierna y sabrosa, si bien la piel estaba muy dura debido a su grosor. El suave gratinado de papas que acompaña al cochino combinaba muy bien con este. Un notable alto para el plato. Nos gustó la experiencia.

Torrija con helado de plátano Canario
La Torrija que pedimos para cerrar la pitanza estaba perfectamente elaborada y el helado casero de plátano tenía una textura y sabor perfectos. Otro notable para el postre.

El trato fué excelente, así como la relación calidad/precio, pues 25 € por persona eliminado el vino es un precio mas que estupendo para una comida con esta calidad en la elaboración. Es de los mejores sitios de la Isla para saborear su auténtica y típica cocina. Merece la pena visitarlo, pero hay que reservar, pues es muy pequeño. 

El Marinero está en la Calle La Garita 60, en el pueblo de Arrieta (Lanzarote)
Telefono: 928 848 382.

Timanfaya y El Restaurante Asador El Diablo

"La Tierra del Fuego", del Parque Nacional de Timanfaya (Lanzarote)
 Impresiona el recorrido por a Tierra del Fuego del Parque Lanzaroteño de Timanfaya, de tal manera que, si no fuera por el cielo azul, parecería que deambuláramos por otro planeta absolutamente inhóspito. Al amplio abanico de colores ocres y negros de tierras, polvo y basalto, los numerosos cráteres, la escasa vegetación nos impresiona fuertemente.

El Pozo del Diablo

El recorrido por el parque se inicia y acaba en una construcción en la que se puede contemplar los sifones de vapor cuando se les alimenta de agua, y el pozo del diablo, convertido en grill por mor del calor que desprende el basalto caliente del fondo, el cual está a unos  400 º C de temperatura. Desde el fondo al borde del pozo hay unos 5 metros,  y sobre este se deposita una parrilla en la que se colocan los alimentos para su asado con el calor que desprenden las entrañas de la Tierra. Y ante el aspecto que iban adquiriendo las viandas puestas a asar, y el olorcillo que desprendían mientras curioseábamos y les sacábamos foto tras foto, pues decidimos esperan a que se terminaran de hacer para pasar al comedor y entrar a degüello probando un poco de todo.

El Comedor
Pasamos a la sala, elegimos una mesa pegada al amplio ventanal para disfrutar de las vistas mientras tomamos un vino de la tierra.


Nos decantamos por un Tinto Vega del Yuco, de las Bodegas del mismo nombre, hecho con uvas de la variedad Listán negra y con una ficha de cata en la cual reza lo que sigue: "Vino elaborado con uvas de la variedad Listán Negra. De color rojo rubí, limpio y brillante. Aromas intensos a frutos rojos y negros, especialmente a moras. Fresco, de buen boca, largo y muy agradable en el postgusto".
Y así, a pequeños sorbos, esperamos a que el calor del diablo termine de hacer las viandas. Un poco de todo va a venir, empezando por la media docena de sardinas frescas del día procedentes de la flota costera de la isla.
El pollo asado y el solomillo vendrán posteriormente, y al final cerraremos con algo dulce para postre, siguiendo la tradición de mi familia, de naturaleza golosa por genética.
Ya llegan primero las sardinas con un aspecto excelente. La carne está jugosa, si bien no tienen tanta grasa como las sardinas del xeito gallegas allá por San Juan.

Se puede ver el fondo que desprende el calor

La textura también parece algo distinta, puede ser debido a la distinta procedencia y algo también al calor recibido en el grill.


El pollo asado de la misma manera estaba jugoso y en su punto, pero la piel estaba blanda, no se churrascó por el calor recibido, por lo que ya pensamos que esto era debido a la distancia habida entre la fuente de calor y la piel del alimento. Por cierto preguntado el maestro asador si me podía decir la temperatura que la parrilla recibía en la boca del pozo, este desconocía el dato. Curioso que no lo supiera por tener poca curiosidad.

     
La pieza de solomillo que vino a continuación, media hora estuvo al calor del pozo, estaba la carne tierna y mas pasada de como a mi me gusta, que es poco hecha. La superficie estaba tostada por el calor, pero no churruscada, sino mas bien blandita. Tradicionalmente en la parrilla no infernal se le da a la carne un golpe de calor para que cierre y no pierda el jugo, quedando churruscada en superficie y sin hacer en el interior. En este caso no es así. La pieza no se cierra y si se deja hacer poco a poco. Conclusión: el diablo te asa pero no te churrasca. Es un alivio.

Un flan con nata de postre cierra esta infernal pitanza, que no estuvo mal. No es para tirar cohetes, pero, ¿es que acaso se pueden tirar cohetes por algo que se asa en el infierno? Dejemoslo, que a lo mejor la pregunta tiene respuesta.

El Restaurante El Diablo se encuentra en el Parque Nacional de Timanfaya.

Calificaciones:
Entorno: magnífico
Comodidad: Buena
Atención y servicio: Bueno
Aseos: Bueno
Relación Calidad/precio: normal

La Cocina de puchero Canaria. La Garbanzada y la Ropa Vieja Canaria

Cruzamos de sur a norte el interior de la isla de Gran Canaria por una tortuosa  y estrecha carretera de montaña, admirando los paisajes volcánicos que han dejado profundos y hermosos valles. Miradores en las alturas desde los que se divisa una buena parte de la isla, e incluso las islas vecinas, como Tenerife y su Teide por ejemplo, desde los que hemos sacado numerosas fotos para el recuerdo. Y ya una vez rebasado el mediodía, iniciamos el descenso hacia el oeste con la intención de acercarnos hasta Agaete, y desde allí iniciar el regreso por la autovía que circunda la otra mitad de la isla, y de paso buscar un sitio poco turístico en el interior para comer, y si pudiéramos, degustar la cocina tradicional. De pronto nos encontramos una casa de comidas, y como ya se nos pasaba la hora, pues decidimos entrar. Un bar a la entrada y un rústico comedor tras una puerta con una parrilla en un lateral es lo que vemos.
 Nos ofrecen de entrada carnes o pescados al grill, pero preguntamos por algo mas de la tierra, y nos dicen que han preparado el día anterior dos guisos de pota, una Ropa Vieja y una Garbanzada, y es con ambos con lo que decidimos comenzar. Un pescado para mi pareja y para mi rematará la faena, junto con un vino del país.

La Ropa Vieja Canaria
La Ropa Vieja Canaria está hecha a base de garbanzos, papas, carne de pollo y ternera, y un sofrito de cebolla, pimiento y tomates. La que degustamos estaba muy rica, con las garbanzos enteros pero muy tiernos. Es un plato contundente, pero mas ligero que la garbanzada. Sobresaliente para el plato.

La Garbanzada
La Garbanzada es como una fabada, solo que en vez de fabes lleva garbanzos; o como la Ropa Vieja Canaria, pero sustituyendo el pollo y la ternera por la chacina del cerdo. Leva chorizo, lacón, tocino y oreja ademas de los garbanzos. Hay quien le añade carne de vaca y quien no. El resultado es un rico guiso de nuevo, mas grasiento que la Ropa y por lo tanto mas pesado. Tanto en uno como en otro caso, volvemos a encontrarnos con dos ejemplos de lo que es la amplia y sabrosa cocina tradicional de puchero del País. De nuevo Sobresaliente.

Fogonero al Grill con papas y mojo rojo
Del Grill de esta casa nos viene un pescado procedente de las aguas Canarias de curioso nombre: Fogonero. Nos ponen una pieza de la parte del abierto, lo que sería la ventresca en el bonito, la carne es jugosa, ligéramente grasa, y la lasca es gruesa y se separa con facilidad. El sabor es peculiar, suave pero recordando en parte a la carne del túnido. La textura también. Las inevitables paras con mojo acompañan a este. Un notable alto para el plato.


La comida estuvo acompañada por un vino de la zona, procedente del cercano pueblo de Antenara, de nombre Vega de Acusa, vino hecho a partir de uvas Nistán Negro. Un Vino de capa media, color rojo picota, ligero aroma a frutos negros, y vino suave en su paso por boca, con persistencia media.

Un Flan de la casa con nata dejó para el final el sabor dulce que siempre debe de permanecer.

En resumen: en lugares tan turísticos como las Canarias, es mejor para degustar de la cocina tradicional alejarse de los centro mas concurridos por foráneos y transitar por lugares mas alejados y tranquilos para acceder a la auténtica gastronomía local. Siempre merece la pena.

   

Gran Hotel Meliá Salinas: Su Restaurante a la carta Casa Canaria


La piscina del Gran Hotel Resort Meliá Salinas. Costa Teguise (Lanzarote)
 De las diversas opciones que el Gran Hotel Meliá Salinas ofrece a sus huéspedes, una es la Casa Canaria. Una estancia próxima a la gran piscina, con comedores interiores y una terraza en la que se puede comer a la carta.

El comedor de La Casa Canaria
Dos días comimos en el Hotel, el primero con una comida ligera en el bar de la piscina, y la segunda en la Casa, objeto de este Post. Hay además un espléndido Comedor principal en el interior del Hotel con un espectacular Buffet, muy bien montado y ordenado, con una comida que destaca por su variedad y gran calidad, o el Restaurante La Graciosa, especializado en la cocina Atlántica de mercado, con una buena dosis de creatividad.

Sepia al Grill con verduras y papas
Uno de los platos era la Sepia a la plancha acompañada de papas y verduras . Una pieza fresca, bien tratada en el grill con un sencillo acompañamiento sin mas.

Dos piezas de carne con verduritas y papas

Mojo rojo y mojo verde
La carne presentaba un aspecto excelente, con buen sabor, si bien estaba demasiado hecha para mi gusto. Las verduritas a la plancha y las siempre presentes papas arrugás, con el acompañamiento de los mojos rojo y verde, los mejor elaborados y mas ricos de los que probamos en toda nuestra estancia en Canarias.

 Un tinto de la Ribera del Duero ( 29,30 €) y agua acompañaron la comida, y por lo comido y bebido, la factura alcanzó los 111,8 €. Un precio excesivo por esta pitanza sin nada extraordinario. Aunque la calidad fuera muy buena y el servicio ofrecido excelente, la relación calidad/ precio está muy descompensada por el segundo de los factores.



La Terrace. Restaurante Red Level del Gran Hotel Palacio de Isora (Tenerife)


Ya en ocasión anterior había hecho un amplio reportaje sobre los restaurantes de este prestigioso hotel de la Cadena Meliá (http://www.labuenapitanza.com/2012/10/los-restaurantes-del-hotel-resort.html), en el cual el lector podrá encontrar un exhaustivo resumen de lo que se puede degustar en cada uno de ellos. Me faltaba uno para completar el análisis, era el Restaurante La Terrace que hoy, tras haber podido cenar en él en esta nueva estancia en el hotel, pues me permite completar el círculo.


Su ubica el Restaurante en la zona Red Level del Hotel, repartiéndose este entre una zona interior y una terraza exterior con vista al mar y a la piscina. Mesas no muy amplias con sillas muy cómodas, se distribuyen por la sala, quizás con demasiada proximidad, si bien en la terraza, la distancia entre mesas es mayor, puede que debido a las jardineras que la adornan. Las mesas están montadas con el servicio de plato y cubierto sobre mantelitos individuales. En un restaurante que pretende ser de categoría la mesa debería estar vestida con mantel.


La carta se muestra sobre un iPad, en el que se pueden ver las imágenes de las presentaciones de los platos que esta ofrece. La Carta es variada, con oferta de pescados frescos del día. La Cocina es de estilo mediterráneo, citando como una especialidad las Fondue; la oferta de la bodega no es muy extensa, pero hay vinos canarios, y nacionales con un precio alto por botella. Cabe la posibilidad de tomar alguno de los vinos por copa.


Comenzamos la pitanza por un aperitivo que consiste en una Mini-tosta de Jamón Ibérico con salmorejo. Una pequeña combinación sabrosa.


El primero de mi pareja es una Ensalada tibia de Vieiras. Las verduras aliñadas se ven acompañadas de dos enormes piezas de vieira fresca y a la plancha, muy sabrosa la carne del molusco.


Mi primer plato es un Medallón de Foie de Oca caramelizado acompañado de ensalada. Excelente la textura lograda en dicha pieza, e intenso su sabor, combinado con el punto de agridulce del aliño de la ensalada.


El segundo de mi pareja, quizás es el plato mas logrado de la presente pitanza. Se trata de un Cremoso de Vegetales (espinacas fundamentalmente) con Wan Tun, acompañado de una salsa de tomate. La cremosidad del queso gratinado, con la suavidad de la pasta y los vegetales bañados en la salsa,  hacía que el bocado fuera cada vez mas apetecible a medida que avanzaba su degustación. Excelente el resultado.






Mi segundo consistió en un Medallón de solomillo a la sal acompañado de guarnición y cuatro salsas. La pieza de carne roja esta excelente, tanto por tamaño como por su excelente maduración para dejarla tierna, tierna en su textura. Quizás cogió un poco mas de salazón de lo necesario. Las salsas, sobre todo la exquisita Bearnesa, corrigieron en cierta manera el exceso.


Para acompañar la pitanza, nada mejor que un tinto Canario, de los que no podemos disfrutar tanto como quisiéramos por la ausencia de vinos canarios en las cartas peninsulares.
En este caso se trata de un Viñátigo 2009 (D.O. Ycoden Daute Isora), un tinto crianza, hecho a partir de uvas de la variedad Tintilla, maceradas durante 18 días a 25ª, y con una crianza de un año en barricas nuevas de roble francés Allier. Vino de capa media y color rojo picota con ribetes violáceos, destacando en nariz los aromas a tabaco y chocolate negro. Es boca el vino se muestra afrutado (frutos rojos maduros), con una presencia y un posgusto largos.

El servicio es excelente, sin esperas largas entre platos. El coste por persona se elevó hasta los 55 € por comensal. Dado que estamos en uno de los restaurantes de mas nivel de un hotel de cinco estrellas, se puede considerar normal, y en el mismo nivel que el Restaurante Dúo, de cocina de autor, o del Restaurante Nami Asian Bistro.

Restaurante El Rincón de Juan Carlos (Los Gigantes. Tenerife). Cocina de Autor de primera clase


Hay que llegar hasta donde se acaba la Isla, pues las altas murallas de los acantilados de Los gigantes impiden avanzar por la costa. Llegamos hasta el puerto y dejamos el coche para acercarnos paseando hasta el Restaurante que está próximo a la instalación portuaria.


Accedemos a un local  pequeño, coqueto, bien iluminado y con pocas mesas, bien vestidas y con asiento cómodo. Nuestros amigos ya nos están esperando tomando un vino de la tierra, a cuya degustación nos unimos de inmediato para empezar a disfrutar de la velada.
Ellos que son profundos conocedores de la gastronomía local, eligieron el sitio y nos recomiendan el Menú Degustación, lo que os parece una estupenda idea. De todos modos, le echo un vistazo a la carta en la que hay una amplia oferta de platos basados en la despensa de proximidad, en la que destacan el empleo de mariscos y pescados locales y huerta, rematando con una buena repostería.


Excelente la carta de vinos en la que destaca la presencia de vinos canarios de casi imposible disponibilidad en la península, por lo que nos centramos en esta parte de la carta para degustar lo que en otros sitios no podemos conseguir. Hay que aprovechar las oportunidades. En esto yo me dejo llevar por mi amigo Tony, que sabe muy bien por donde se pisa buena uva, y vaya si acertó con lo elegido. Pero volvamos al menú, que para eso hemos venido.
La cena fue acompañada de un blanco Matías i Torres 2012, hecho a partir de uva de la varietal Albillo Criollo, de la D.O. La Palma. Cepas de mas de 50 años, plantadas en suelos muy pobres y en parcelas muy pequeñas, de ahí que sea un vino de producción muy limitada, en este caso 550 botellas, elaborado de manera totalmente artesanal, pero usando tecnología actual.
Aspecto: Color amarillo pálido. Brillante y limpio.
Nariz: Aromas intensos a frutas (ciruelas, albaricoques), toques de flores blancas, y un fondo cítrico.
Boca: Untuoso, glicérido y potente. Fresco y ligero por la punta de acidez. Aparece la fruta en toda su amplitud llenando la boca, equilibrado, y de largo posgusto. Un vino excepcional difícil de repetir. Y ahora, el menú.

  • Aperitivo. Mejillones con su jugo, piel de limón y aceite de oliva. 
Cocidos a baja temperatura, mostraba el molusco una textura suave y delicada, jugosa, contrastando con el caldo con las gotas de aceite en emulsión. Muy logrado el plato, y lo dicen dos gallegos de la Ría de Arosa expertos en el ingrediente principal.


  • Turrón de morcilla Canaria, con pasta de almendra cruda y Pedro Ximénez.
Otra delicatessen para disfrutar. Densa, muy densa la porción, sobresaliendo ligeramente el sabor de la morcilla sin tapar el suave toque almendrado de la pasta, y bien acompasado por el toque dulce de la reducción de PX y la hojita de menta.



  • Camarón gigante Canario, emulsión de sésamo.
Como en el caso del mejillón el camarón recibe una ligera cocción a baja temperatura que le da esa textura que mantiene la carne blanda y jugosa, así como intacto su sabor a mar. Muy ligera la emulsión, que aporta un toque peculiar al marisco. Excelente elaboración.



  • Anguila ahumada, mayonesa de teriyaki y frambuesa.
Nuestro chef, Juan Carlos Padrón, nos sigue llevando de sorpresa en sorpresa. Su nueva propuesta está basada en un pescado muy habitual en la cocina gallega, desde una elaboración muy personal y con excelente resultado final.



  • Raviolis de parmesano y caldo de lentejas.
El nuevo plato que nos presentan, en principio parece mas sencillo, mas próximo a la cocina tradicional, sin que por ello carezca de originalidad y de sofisticación. Tanto el caldo, como el ravioli, sabían a lo que tenían que saber cada uno de ellos por separado. Y sin embargo el conjunto, una vez ensamblados los sabores, aportan originalidad y en equilibrio. Simple, y maravilloso.



  • Langosta con jugo frío de langosta y tirabeques.
El marisco que recibe una ligera cocción a temperatura controlada, su caldo reducido mas las delicadas tiras de tirabeque forman una ecuación perfecta, para contentar al mejor degustador de mariscos.



  • Arroz de bonito, limón y wasabi.
Arroz muy suelto y meloso, al caldo jugosón y los tacos de bonito en el punto de textura. Vemos que también hay guisandero en esta casa.



  • Dumpling de rabo, manitas de ternera y pepinillo.
Como de nuevo podemos comprobar en este plato. Excelente presentación y elaboración, en el que lo mas complicado es mantener la presencia de la jugosidad y sabor de la carne ante el resto de ingredientes.



  • San Pedro con judías verdes.
El pescado de roca en su punto de textura, mostrándonos al corte la lasca que se separa limpia y brillante. La sutileza de la salsa acompañada de las judías empareja con el pesado estupendamente.



  • Costillas ibéricas con pez, mantequilla ahumada y manzana.
Una original combinación entre el sabor de la carne, y la punta de dulzor y acidez aportados por la manzana y la salsa. Excelente de nuevo.



  • Palet de ciruelas pasas y helado de Cognac Remy Martín.
Denso el pastel en contraste con la ligereza del helado, lo que unido a la diferencia de temperaturas y a la conjunción de aromas y sabores, hacen de este postre un placer para los golosos, como yo.



  • Petir Fours. Trufas blancas y gominolas (Chuches)
Para rematar la faena, por si quedaba alguna habilidad que mostrar.



En definitiva, no nos cabe ninguna duda del nivel de creatividad y capacidad técnica que ha alcanzado Juan Carlos Padrón. Solo en los grandes hoteles del sur de la isla hay cocineros de similar calidad. El está alejado del mundanal ruido de la gastronomía, pero una vez en Tenerife, si merece la pena reservar y acercarse a disfrutar de su cocina, así como de las exquisitas atenciones que sus colaboradores dispensan a su clientela, sin olvidarse de aprovechar la oportunidad de acompañar sus platos con alguno de los excelentes vinos canarios que alberga su bien cuidada bodega, y por lo que conviene dejarse llevar por sus conocimientos. Si a ello unimos que el precio de este menú degustación fue de 55 €/persona, pues podemos afirmar que la relación calidad/precio es excelente.

El Restaurante El Rincón de Juan Carlos está en:
Pasaje de Jacaranda. Alcantilado de Los Gigantes. Santiago del Teide. Tenerife
Teléfono: 922 868 040
Web: http://www.elrincondejuancarlos.es/
Email: info@elrincondejuancarlos.es