Ponte da Barca |
Ayudó al exito de las Jornadas en que la climatología se mostró espléndida en toda nuestra estancia, y así pudimos disfrutar de unos paisajes luciendo todo su colorido y belleza propios de la primavera de un día soleado, como de unos monumentos históricos al tiempo que nos empapábamos de la cultura y tradiciones de un pueblo que hace un gran esfuerzo en su conservación para deleite de los turistas de hoy y del mañana.
Pudimos escuchar en la presentación por parte de los responsables de la Loja Interativa de Turismo una explicación de este esfuerzo de desarrollo y de promoción de los recursos turísticos de la zona, y comprobarlo después a lo largo de la visita.
Castillo de Lindoso |
Conjunto de Espigueiras de Lindoso |
Proximas al castillo se ubican las conocidas Espigueiras, o graneros muy similares a los horreos gallegos en los que se guardaba el grano. Espigueiras y castillo conforman un vistoso conjunto histórico monumental.
Presa de Alto Lindoso |
Desde aquí, nos desplazamos a la Adega do Artur para disfrutar de un menú típico de la gastronomía portuguesa, entre los que con el Aperitivo por delante, nos ofrecieron unos entrantes a base de petancas, la ensalada de bacalao y garbanzos, malhieras y carne roja de vaca y pollo a la brasa, acompañado por vinos tintos y brancos de la zona. Un menú bien preparado y por tanto sabroso disfrutado al aire libre.
Embalse de Lindoso |
Con una cena en la terraza del Restaurante Vai a Faba en la que además nos ofrecieron una cata de los vinos de la Cooperativa Ponte da Barca, se pone fina las activides del día.
La última visita de las jornadas, ya al día siguiente, fue para el Mosteiro de Bravaes, situado a unos 5 Kms. de Ponte da Barca. Esta iglesia es una joya del románico. Levantada en el siglo XII y dedicada a San Salvador, en cierto modo es similar en tamaño a las del románico asturiano, Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. El profesor Jaime Ferreri, investigador de la historia de este Mosteiro, nos deleitó con ilustrativas explicaciones del devenir histórico de este cuidado monumento.
Pero una cosa quiero añadir que me parece importante, y me refiero al exquisito trato que los portugueses dispensan a quienes les visitan. A mi particularmente, siempre hacen que me sienta como en casa. Son los portugueses educados y amables con la gente, dispuestos a ofrecer su ayuda a quien se la pide. Si a ello le añadimos paisaje, historia (casi siempre entrecruzada con la nuestra, lo que la hace mas interesante aún), monumentalidad, gastronomía, divertimento y demas posibilidades, no cabe duda de que Conocer este País y sus gentes merece realmente la pena.
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