domingo, 5 de febrero de 2023

Los siete tipos de bulos más frecuentes sobre nutrición

@SefiFood
Jose Miguel Soriano del Castillo, Universitat de València

Potenciadas por el poder de difusión de internet y las redes sociales, las noticias falsas y los bulos son un mal endémico de nuestro tiempo que también ha hecho mella en el ámbito de la alimentación. Aquí propongo una clasificación que permite catalogar este tipo de patrañas nutricionales en siete categorías. Ojo avizor.

1. Titulares engañosos

Tiene lugar cuando los títulos, subtítulos o imágenes de los medios de comunicación no se atienen al contenido. Es el caso de las informaciones que, en verano de 2008, daban a entender que comer sandía tenía los mismos efectos que la viagra.

Shutterstock / Sergey Novikov

La noticia se basaba en un estudio de la Universidad de Texas A&M, en Estados Unidos. El trabajo revelaba que la citrulina, un tipo de fitonutriente, se convierte en arginina, un aminoácido cuya función es mejorar la producción de óxido nítrico. A su vez, este proceso relaja los vasos sanguíneos, el mismo efecto que produce la pastilla azul para tratar la disfunción eréctil. El único problema es que la citrulina se encuentra en mayores concentraciones en la corteza de la sandía, no en su pulpa, que es lo que comemos.

2. Contexto falso

Ocurre cuando el contenido genuino se comparte con información contextual falsa. Un ejemplo fue el lanzamiento de cierta crema quemagrasa supuestamente capaz de reducir 4 centímetros en 40 minutos cuando se aplicaba en la piel de la cintura.

José Enrique Campillo, profesor de Nutrición y Dietética de la Universidad de Mayores de Extremadura y colaborador de la Universitat Oberta de Catalunya, lo desmontaba tajantemente: “es un efecto que debería estudiarse en todas las universidades del mundo, ya que va en contra de las leyes de la Física”.

Campillo desarrolló un modelo matemático con el que demostraba que, de ser cierto lo que prometía, aquel producto liberaría 4 000 kilocalorías en 40 minutos. Y como consecuencia, nuestro cuerpo aumentaría su temperatura corporal en varios cientos de grados.

3. Contenido incriminatorio

Nos referimos al uso engañoso de información para arruinar la reputación de una persona o un alimento. El caso más típico de falso villano de nuestra salud ha sido el huevo. Durante muchas décadas estuvo en el ojo del huracán, ya que se asociaba su consumo con el aumento o el agravamiento de la hipercolesterolemia.

Esta valoración cambio en 1997 tras un estudio de la Universidad de Arizona, al que se sumaron otras investigaciones posteriores. En ellas se puso de manifiesto que la absorción del colesterol presente en este alimento es bloqueada por otros compuestos. Sin embargo, aún perdura en buena medida su mala fama.

4. Contenido manipulado

Es cuando la información o imágenes genuinas se manipulan para engañar. En marzo de 2017, por ejemplo, circuló una foto de carne envasada vendida en supermercados italianos para hacer a la parrilla que procedía de gatos, con el consiguiente escándalo.

En realidad, la foto ilustraba la noticia de un experimento social sobre la percepción del consumo de animales domésticos en diferentes culturas. Era un montaje.

Más reciente ha sido el revuelo levantado las últimas navidades por unas tostadas ya untadas que supuestamente eran vendidas en una cadena española de alimentación. Se trataba de una inocentada.

5. Contenido fabricado con mala fe

La información es 100 % falsa y se crea expresamente para engañar y hacer daño.

Así, a comienzos de 2007 comenzó a circular por los correos electrónicos el siguiente bulo: en los envases de leche aparecía un número que indicaba cuántas veces había sido reciclada esa leche tras vencer su fecha de consumo preferente.

Sistema de numeración para que el fabricante del envase pueda identificar en qué posición de la bobina fue producido un determinado envase. TetraPack

Tras la noticia, el fabricante de Tetra Pak y la Federación Nacional de Industrias Lácteas tuvieron que salir a desmentirlo: “Los envases de Tetra Pak se producen en grandes bobinas. Las bobinas se dividen después en 5 rollos de envases (en el caso de envases de 1 litro). Cada rollo de la bobina recibe una numeración que permite identificar en qué pista de la bobina fue producido un determinado envase (…). Un número del 1 al 5 en la base del envase indicaría a cuál de los cinco rollos de envases de litro pertenece el envase en cuestión. No hay ninguna relación con el producto contenido”.

6. Contenido del impostor

Aquí, las fuentes genuinas son suplantadas por otras falsas e inventadas. En 2014, el programa matutino The Today Show, emitido por la cadena estadounidense NBC, demostraba que las fotos del “antes y después” de una dieta debían ser siempre cuestionadas. Eran imágenes retocadas informáticamente, tomadas con cuidadas técnicas de iluminación o incluso extraídas de blogs personales sin consentimiento.

7. Bromas que no todos entienden

Se utiliza sin ninguna intención de causar daño, pero tiene potencial para engañar si la fuente de donde ha salido no es conocida por el público en general. El Mundo Today es un buen ejemplo, ya que utiliza un formato de prensa tradicional para crear parodia y sátira.

De esa web proceden, por ejemplo, los siguientes titulares: Cenar solo un yogur, principal causa de mortalidad entre los españoles; Engorda cuarenta kilos tras probar todas las dietas a la vez o Descubren que la dieta de la alcachofa solo funciona si eres una alcachofa.

Para evitar que le engañen, pregunte, revise y contraste cualquier información. Que no le den gato por liebre.The Conversation

Jose Miguel Soriano del Castillo, Catedrático de Nutrición y Bromatología del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universitat de València

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

viernes, 3 de febrero de 2023

EN DEFENSA DEL TAPÓN DE CORCHO PARA EL CIERRE DE LAS BOTELLAS DE VINO Y ESPUMOSOS

 Alejandro Paadín 



Cambio climático y sostenibilidad son dos términos cada vez más recurrentes en los debates del vino.

Lógicamente el foco se centra en la viña y en las prácticas en bodega, sin embargo para mantener una estética y ética ambiciosas, conviene no perder de vista otros aspectos importantes como el formato de botella, las cajas, etiquetas, la logística de envíos o el tapón.

Hace unas décadas surgieron cierres alternativos al acuciante problema que suponía el TCA en los tapones de corcho. Durante siglos este material natural fue la única alternativa industrialmente viable para el taponado de botellas (más allá de anecdóticos tapones de cristal o madera). Esto hizo que el sector no tuviese la necesidad de solucionar el problema ya que el monopolio del corcho en los taponados era casi absoluto.

Tras la aparición de los tapones sintéticos y de rosca, la cuota de mercado del corcho se fue desinflando y la industria tuvo que ponerse las pilas a principios de este milenio. Tras décadas de estudios y decenas de millones de inversión, las corcheras han conseguido reducir las afecciones de TCA hasta umbrales inimaginables hace apenas 20 años, llegando incluso a asegurar una fiabilidad del 99,999999% en las gamas más altas con análisis individuales (corcho a corcho) a través de la cromatografía de gases.

El gran problema enológico que los tapones sintéticos solucionó hace poco más de 30 años, ha sido el acicate para la modernización del sector corchero, llevando casi a la obsolescencia al tapón sintético.

Más allá de las ventajas enológicas del tapón de corcho natural (microoxigenación perfecta para los parámetros de calidad estereotípicos en los vinos de guarda, entre otras), la elección del cierre de corcho supone una responsabilidad para con el medio ambiente y el desarrollo rural en regiones mediterráneas como la Península Ibérica.

La huella de carbono de un tapón de corcho natural es negativa (-309 gr, llegando a -562 gr de CO2 en un tapón de espumoso), siendo un elemento fundamental para mantener el equilibrio biótico de espacios tan genuinos como son las dehesas ibéricas con más de 130 especies de vertebrados.

También es un gran motor económico al ser la actividad agraria mejor remunerada, donde un jornalero en la saca del corcho puede cobrar hasta 150€ al día (cierto es que durante unos meses al año).

La elección de un tapón de corcho para el cierre de una botella tiene marcadas ventajas Enológicas, Ecológicas y Económicas. Llevo años defendiendo estos datos incluso cuando perdía cuota de mercado (so escarnio de aquellos que lo consideraban obsoleto); los datos del comercio internacional de los últimos años parecen mostrar una clara tendencia a su recuperación en la industria. Ya iba siendo hora; si defendemos la sostenibilidad, la economía circular y la calidad no podemos hablar de otro cierre que no sea el tapón natural.