miércoles, 19 de junio de 2019

Mausiño. El primer vino hecho a partir de la uva autóctona Ratiño por la Bodega Cooperativa Moraima


Con la presentación de “Mausiño 2015”, vino elaborado a partir de la variedad Ratiño (catalogada recientemente y localizada en determinadas microviñas compuestas por cepas muy antiguas que se localizan en el municipio de Barro), la cooperativa Viña Moraima culmina un proyecto de vinificación experimental que se prolongó durante años. La producción de este vino, presentado el uno de diciembre en el Pazo de la Crega, se limitó a 500 litros y ponen en valor el potencial enolóxico y de futuro de esta variedad autóctona.


En el acto de presentación, Roberto Rivas -socio fundador de Viña Moraima y uno de los impulsores de este proyecto de vinificación experimental- definió “Mausiño” como un vino “con mucho cuerpo y  estructura en boca” y “con unas notas muy particulares que lo diferencian del resto de variedades conocidas”.


La producción de “Mausiño”, que no se va a comercializar por tratarse de una clase de uva no incluida aún en el catálogo oficial de variedades, se enmarca en un proyecto de vinificación experimental cuya misión principal consistió en probar la aptitud enológica de la variedad Ratiño, identificada desde hace muchos años por la Misión Biolóxica de Galicia (CSIC), en el marco de los estudios de recuperación y caracterización de antiguas variedades de uva de Galicia y Asturias. El proyecto pretendía, además, comprobar las características organolépticas que ofrece la variedad Ratiño y constatar su potencial enolóxico.
Para su elaboración, el equipo de enólogos de la cooperativa -integrado por Cristina Yagüe y Roberto Taibo- comparó el comportamiento de la nueva variedad con la del Albariño. “En base al conocimiento y manejo del Albariño que poseemos y a las características que presenta la uva ratoncito, hicimos una elaboración pensando en esta variedad”, señala Cristina Yagüe.
Apuesta por la diferenciación
Aunque Galicia se distingue ya por su amplia riqueza varietal en el ámbito vitivinícola, “recuperar variedades autóctonas tiene una importancia mayúscula pues permite seguir ahondando en la diferenciación de nuestros vinos y abrir nuevas posibilidades comerciales”, considera la enóloga de Viña Moraima. “Además, esta recuperación tiene un componente etnográfico y también un valor sentimental muy relevante”, añade.
La elaboración de “Mausiño” fue posible gracias al trabajo de investigación del equipo enológico de Viña Moraima en colaboración con la Misión Biológica de Galicia, centro del CSIC en Pontevedra, que transfirió material vegetal a los técnicos de la cooperativa al tiempo que les asesoró sobre determinados aspectos de esta variedad. Además, dada a adscripción de Viña Moraima a la D.O. Rías Baixas, fue necesario solicitar la autorización del Consejo Regulador para vendimair y elaborar un vino a partir de una variedad no amparada.

Carmen Martinez, Investigadora del CSIC
Más de cien personas
Al acto de presentación de “Mausiño” acudieron más de cien de personas y contó con la intervención de Carmen Martínez Rodríguez, investigadora científica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y jefa del Grupo de Viticultura de la Misión Biológica de Galicia que lleva muchos años estudiando la variedad y acercando datos para facilitar su reconocimiento e introducción en el listado español de variedades de vid de interés comercial.


También intervinieron los socios, Salomé Cancela y Roberto Rivas, quien se encargó de transmitir los agradecimientos de la bodega a todos los implicados de un o de otro modo en el proyecto. El acto se cerró con la interpretación sorpresa de la Marcha del Antiguo Reino de Galicia por parte del  gaitero arousano Kristian Silva.
Sobre Viña Moraima
Surgida en el año 2006, la cooperativa Viña Moraima agrupa 12 socios que vienen cultivando tradicionalmente las viñas heredadas de sus progenitores. Se trata de viñedos que se caracterizan por su antigüedad ya que, en algunos casos, superan los 100 años de edad. La cooperativa elabora vinos a partir de las variedades Albariño y Caíño Tinto cosechadas en 14 hectáreas de terreno que se localizan en el municipio de Barro y comercializados bajo las marcas Moraima y Aba de Trasumia.

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