"La Tierra del Fuego", del Parque Nacional de Timanfaya (Lanzarote) |
El Pozo del Diablo |
El recorrido por el parque se inicia y acaba en una construcción en la que se puede contemplar los sifones de vapor cuando se les alimenta de agua, y el pozo del diablo, convertido en grill por mor del calor que desprende el basalto caliente del fondo, el cual está a unos 400 º C de temperatura. Desde el fondo al borde del pozo hay unos 5 metros, y sobre este se deposita una parrilla en la que se colocan los alimentos para su asado con el calor que desprenden las entrañas de la Tierra. Y ante el aspecto que iban adquiriendo las viandas puestas a asar, y el olorcillo que desprendían mientras curioseábamos y les sacábamos foto tras foto, pues decidimos esperan a que se terminaran de hacer para pasar al comedor y entrar a degüello probando un poco de todo.
El Comedor |
Nos decantamos por un Tinto Vega del Yuco, de las Bodegas del mismo nombre, hecho con uvas de la variedad Listán negra y con una ficha de cata en la cual reza lo que sigue: "Vino elaborado con uvas de la variedad Listán Negra. De color rojo rubí, limpio y brillante. Aromas intensos a frutos rojos y negros, especialmente a moras. Fresco, de buen boca, largo y muy agradable en el postgusto".
Y así, a pequeños sorbos, esperamos a que el calor del diablo termine de hacer las viandas. Un poco de todo va a venir, empezando por la media docena de sardinas frescas del día procedentes de la flota costera de la isla.
El pollo asado y el solomillo vendrán posteriormente, y al final cerraremos con algo dulce para postre, siguiendo la tradición de mi familia, de naturaleza golosa por genética.
Ya llegan primero las sardinas con un aspecto excelente. La carne está jugosa, si bien no tienen tanta grasa como las sardinas del xeito gallegas allá por San Juan.
Se puede ver el fondo que desprende el calor |
La textura también parece algo distinta, puede ser debido a la distinta procedencia y algo también al calor recibido en el grill.
El pollo asado de la misma manera estaba jugoso y en su punto, pero la piel estaba blanda, no se churrascó por el calor recibido, por lo que ya pensamos que esto era debido a la distancia habida entre la fuente de calor y la piel del alimento. Por cierto preguntado el maestro asador si me podía decir la temperatura que la parrilla recibía en la boca del pozo, este desconocía el dato. Curioso que no lo supiera por tener poca curiosidad.
Un flan con nata de postre cierra esta infernal pitanza, que no estuvo mal. No es para tirar cohetes, pero, ¿es que acaso se pueden tirar cohetes por algo que se asa en el infierno? Dejemoslo, que a lo mejor la pregunta tiene respuesta.
El Restaurante El Diablo se encuentra en el Parque Nacional de Timanfaya.
Calificaciones:
Entorno: magnífico
Comodidad: Buena
Atención y servicio: Bueno
Aseos: Bueno
Relación Calidad/precio: normal
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