El moho suele ser un indicador de que un alimento ya no está en la flor de la vida y, obviamente, cuando lo vemos nuestro instinto nos dice que nos mantengamos alejados de él.
Sin embargo, que algunos mohos sean perjudiciales no quiere decir que todos tengan el mismo efecto. El ejemplo idóneo es el queso azul; este está cubierto de moho, pero no puede faltar en una tabla de quesos. Es decir, que hay mohos que se pueden comer y con mucho gusto, además.
Por otro lado está el moho que aparece en alimentos en los que esta presencia si es señal de que están deteriorados; pero que algo tenga moho no significa que haya que tirarlo a la basura.
Para resolver estas dudas de si se puede comer o no algo que tiene moho, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos— elaboró una lista de lo que se pueden comer aunque tengan moho. Basta con cortar o raspar la parte mohosa. Entre ellos, estarían:
1. El salchichón duro. Raspa el moho y sigue disfrutando de él. De hecho, es normal que a un producto curado de este tipo le salga moho.
2. El queso duro. Para esas raras ocasiones en las que el queso te dure lo suficiente en la nevera como para que le salga moho, hay que saber que sigue siendo comestible. Corta la parte mohosa (no cortes el moho al ras, deja como medio centímetro) y cómetelo sin miedo. Lo único que tienes que hacer es asegurarte de que no se contaminan las partes en buen estado con las que tienen moho cuando lo estés cortando.
3. Las frutas firmes. Las frutas firmes, como los pimientos que tienen un bajo contenido en agua pueden consumirse aunque tengan moho. Basta con cortar las partes mohosas antes de comerlas. En el caso de las frutas más blandas, como los melocotones, es mejor tirarlas, porque al contener tanta agua es posible que la superficie no sea lo único que esté contaminado.
4. Las verduras firmes. Las verduras firmes con bajo contenido en agua —como el repollo y la zanahoria— se pueden comer aunque les haya salido moho. Corta la parte mohosa (pero no al ras, sino dejando medio centímetro de margen) y ya están listas para consumir.
Algunos alimentos —normalmente blandos y con un alto contenido en agua— no se pueden aprovechar después de que les haya salido moho. Este es el caso del embutido, la pasta cocida, los cereales cocinados, el queso blando, la crema agria, las mermeladas, el pan y las frutas y verduras blandas.
Si no estás seguro, no corras riesgos. Tira el producto en cuestión a la basura.
Fuente: The Huffingtonpost: Julie R Thomsom
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